Acción:
Combinación óptima de micronutrientes que contribuyen al mantenimiento de los huesos.
El equilibrio entre las vitaminas D3 y K2 y el magnesio es fundamental para mantener la salud del sistema inmune, huesos, cartílagos, corazón, músculos, diabetes, ateromas, ataques cardíacos, osteoporosis y muchos más trastornos. La absorción del calcio depende del equilibrio entre estos nutrientes.
Explicación:
Esta fórmula sinérgica tiene en cuenta la importancia del equilibrio entre tres elementos fundamentales para la salud, como son el magnesio, la vitamina D3 y la vitamina K2.
El magnesio es necesario para activar la vitamina D3, tal es así que si hay deficiencia de magnesio esta vitamina se guarda y deja de ser activa, pudiendo tener la persona hasta una deficiencia de esta. Una disminución de vitamina K2 y un aumento de vitamina D3 puede dar lugar a depósitos de calcio en corazón o riñones, por ejemplo. Tener niveles bajos de potasio y calcio es un síntoma típico de poco magnesio. La vitamina D3 es fundamental para la buena protección del sistema inmune frente a infecciones como el SARS-COV2 y otras. Una falta de magnesio podría dar lugar a una calcificación vascular. Se han hecho muchos estudios para ver la influencia de estos tres elementos y su falta de equilibrio y se relaciona con muchas afecciones, como degeneraciones esqueléticas, enfermedades cardiovasculares o incluso síndrome metabólico. Por tanto, consumir magnesio reduce el riesgo de deficiencia de vitamina D3. El valor óptimo de magnesio se estima en el hombre de 420 mg/día y en la mujer de 320 mg/día.
Otros estudios relacionan la deficiencia de vitamina D3 con enfermedades cardíacas, diabetes tipo II, degeneración macular o enfermedad de Alzheimer.
El rango idóneo de vitamina D3 es de 60 a 80 ng/ml e incluso tener 100 ng/ml puede ser. La vitamina D3 apoya la producción de óxido nítrico, importante para controlar el flujo de sangre y prevenir la formación de coágulos en los vasos.
Por otro lado, la vitamina D3 reduce el estrés oxidativo en el sistema vascular, previniendo por tanto enfermedades cardiovasculares.
Se ha visto que niveles por debajo de 20 ng/ml conllevan un riesgo importante de diabetes II, depresiones, osteomalacia, desórdenes psicóticos o síndrome obsesivo compulsivo.
De todos los estudios realizados con la deficiencia de vitamina D3 se deduce que la vitamina D3 ayuda a prevenir lo siguiente: síndrome de ojo seco y degeneración macular, enfermedades autoinmunes como la psoriasis, enfermedades gastrointestinales, enfermedades infecciosas como la gripe, COVID-19 o VIH, enfermedades reumáticas inflamatorias, osteoporosis, roturas de cadera, enfermedades neurológicas como Alzheimer o epilepsia, lupus eritematoso, síndrome de apnea obstructiva del sueño, fracturas, salud dental, obesidad y enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple.
Es fundamental tomar el sol, más tiempo conforme más moreno se es y siempre sin protectores solares y evitando quemarse.
Alimentos como quesos, huevos, mantequilla, yogur, vegetales verdes, frutos secos, arroz integral, coles, plátanos, setas, leche, legumbres, pescado, son buenos para mantener el equilibrio.