Acción:
Estas plantas se utilizan como protectoras de la pared vascular y como antihemorrágicas, en casos de fragilidad y alteración de la permeabilidad capilar en la hipertensión arterial, diabetes, aterosclerosis, insuficiencia venolinfática, sintomatología hemorroidal, en oftalmología, etc.
Explicación:
Los antocianos son pigmentos hidrosolubles responsables de las coloraciones roja, rosa, azul y violeta de las flores, frutos y algunas hojas.
Se encuentran en la naturaleza en forma de heterósidos, los antocianósidos. Éstos se consideran factores vitamínicos P y se utilizan como protectores capilar-venosos. Además inducen un aumento de la regeneración fisiológica de la púrpura retiniana y de la rodopsina, acelerando la adaptación de la retina a la visión nocturna.
Vid roja (Vitis vinifera)
La hoja de vid y el extracto de vino proporcionan todos los principios activos. Las antocianinas están presentes en mayor cantidad en las hojas y las proantocianidinas son mayoritarias en el extracto de vino. Estos compuestos tienen propiedades protectoras que se manifiestan a nivel del sistema circulatorio, en particular de los capilares. Los antocianósidos tienen actividad angioprotectora: disminuyen la permeabilidad de los capilares y aumentan su resistencia. Este aumento de la resistencia puede ser debido a la acción sobre la C.O.M.T., sobre la histidina decarboxilasa o sobre las proteasas. En cuanto a la disminución de la permeabilidad, se debe a la estabilización del colágeno. Los proantocianidoles presentes en los racimos, al igual que sus monómeros correspondientes, estabilizan el colágeno e inhiben la enzima de la conversión de la angiotensina: su actividad angioprotectora se acompaña de una actividad antihipertensiva.
Arándano (Vaccinium myrtillus)
Los antocianósidos del fruto del arándano o mirtilo refuerzan la acción de la vid y el extracto de vino. Son heterósidos de delfinidina, cianidina, petunidina, peonidina y malvidina.
Sucesivos estudios han demostrado que los antocianósidos del mirtilo actúan sobre enzimas de la retina, en particular sobre la lactato deshidrogenasa, y aumentan la velocidad de regeneración de los pigmentos retinianos mejorando la calidad de la vista. Poseen también acción antiagregante plaquetaria y son capaces de proteger las paredes de los vasos sanguíneos de las alteraciones provocadas por dietas hiperlipídicas, o por la reperfusión después de isquemia en la microcirculación. Previenen los daños tisulares provocados por los radicales libres, reducen la liberación de mediadores proinflamatorios y estimulan la biosíntesis de los mucopolisacáridos y del colágeno, así como la formación de la retícula de fibrillas de colágeno en el tejido conectivo, reduciendo la permeabilidad y la fragilidad de los capilares y aumentando su resistencia.