Vitamina D
La vitamina D está representada por dos compuestos liposolubles: vitamina D3 o colecalciferol, y la vitamina D2 o ergocalciferol.
Ambos compuestos de vitamina D son inactivos biológicamente. Al ser absorbidos, sufren una serie de transformaciones (metabolismo) para producir varios compuestos (sus metabolitos), que son los activos y responsables de las múltiples funciones de la vitamina D en el organismo.
Propiedades
La función principal de esta vitamina es la de regular los niveles de calcio y fosfato ayudando a su absorción a través de los intestinos. Además, colabora en la reabsorción de calcio a nivel renal, disminuyendo así las pérdidas por la orina. Esta vitamina también favorece la mineralización y remodelación de los huesos, contribuyendo a la formación ósea y convirtiéndose en esencial para el desarrollo del esqueleto. Se produce un aumento en la síntesis de esta vitamina a través de la piel cuando el organismo necesita una mayor cantidad de calcio como, por ejemplo, en periodos de crecimiento, cuando las dietas son bajas en calcio o en caso de mujeres embarazadas. También se asocia la vitamina D con un aumento en el volumen muscular debido al mismo proceso de mineralización.
Otra función de la vitamina D es inhibir la secreción de hormona paratiroidea (PTH), que actúa como modulador del sistema inmune. Esta hormona ayuda promoviendo la transformación de monocitos en macrófagos. Las personas con déficit de vitamina D son más susceptible a contraer determinadas enfermedades infecciosas, como la tuberculosis. No obstante, se ha observado que la hipervitaminosis también se asocia a una mayor propensión a contraer esta enfermedad. Además, la revista ‘CANCER’, asociada con la American Cancer Society, ha declarado que la Vitamina D puede ayudar a prevenir un efecto secundario potenciado por la inmunoterapia contra el cáncer.
Déficit
Puede producirse por una dieta poco equilibrada, una falta o inadecuada exposición solar o por enfermedades que limiten la absorción de esta vitamina. Estas últimas, como las alteraciones en el hígado o en el riñón pueden limitar la conversión de Vitamina D en metabolitos activos.
Una falta de vitamina D puede provocar la disminución de la mineralización ósea, terminando por producir enfermedades en los huesos como el raquitismo en los niños o la osteomalacia en adultos. En el caso concreto del raquitismo, provoca diversos síntomas entre los que debemos destacar el crecimiento deficiente, el retraso en el crecimiento de los dientes, la debilidad, el cráneo ablandado y, en algunos casos, incluso deformidades óseas irreversibles. Mientras que en el caso de los adultos, la osteomalacia es uno de los factores que puede contribuir a la aparición de osteoporosis.
Vitamina D2, ergocalciferol
La vitamina D2, conocida también como ergocalciferol, es una vitamina liposoluble que se encuentra en los alimentos. Principalmente se localiza en las plantas, hongos y levaduras debido a la irradiación solar a partir del ergosterol. Esta vitamina es difícil de obtener únicamente a través de la dieta, por lo que suele encontrarse también en gran parte de los complementos alimenticios utilizados para prevenir y tratar la deficiencia de vitamina D.
Su función principal es la de ayudar al cuerpo a absorber el calcio. De hecho, junto con la hormona paratiroidea y la calcitonina, regula las concentraciones de calcio y fosfato, estimula la absorción de estos minerales en el intestino delgado y moviliza el calcio en el hueso. Su déficit suele deberse a una mala absorción por parte de los intestinos o a causa de alguna enfermedad hepática y provoca raquitismo en los niños y osteomalacia en adultos.
Productos que contienen vitamina D2
Vitamina D3, colecalciferol
La vitamina D3, es una vitamina liposoluble que contribuye al mantenimiento de los niveles normales del calcio en la sangre y al funcionamiento normal de los músculos. Esta vitamina es conocida por ser la de “la luz del sol”, ya que nuestro organismo la produce cuando la piel se expone directamente al sol. Pocos alimentos la contienen de manera natural, pero entre ellos, los pescados grasos como el atún, salmón y la caballa son las mejores fuentes. Es bastante común que muchos alimentos estén enriquecidos con ella.
Esta vitamina desempeña importantes funciones en la mineralización del hueso y el metabolismo del calcio. Además, el organismo no solo la obtiene a través de la síntesis en la piel, sino también por vía digestiva a través de la ingesta de alimentos que lo contienen. Otra de sus funciones está estrechamente relacionada con el sistema nervioso y es que existen receptores de la vitamina D en áreas clave del cerebro. Esta vitamina juega un papel muy importante en los ritmos circadianos y, por tanto, en el sueño. También influye en el crecimiento neuronal, la proliferación celular en el cerebro en desarrollo y la embriogénesis.
Productos que contienen vitamina D3
Historia
Entre 1918 y 1920, Edward Mellanby, llevo a cabo las investigaciones pioneras en las que se consiguió aislar la vitamina D, así como descubrir su papel en el raquitismo. En el año 1922, Elmer Mc Collum realizó experimentos en los que destruyó la vitamina A presente en un preparado de aceite de hígado de bacalao y posteriormente lo administró a niños afectados de raquitismo, observando que mejoraban de la afección, por ello determinó que existía una sustancia distinta a la vitamina A que producía esta acción y propuso denominarla vitamina D, para diferenciarla de las vitaminas A, B y C que eran las entonces conocidas. En 1930 se identificó en el laboratorio del profesor Adolf Otto Reinhold Windaus de la Universidad de Göttingen la estructura química de la vitamina D.
El ergocalciferol se describió por primera vez en 1936.