El confinamiento o el aislamiento social que estamos viviendo para evitar la propagación del coronavirus está afectando a todos nuestros hábitos diarios y, entre ellos, el patrón del sueño es uno de los más afectados. Los cambios de ciclo de luz y oscuridad o el hecho de que hagamos menos actividad física a lo largo del día puede llegar a provocar insomnio, un trastorno que puede afectar nuestra calidad de vida y a nuestra salud.
Dormir bien es fundamental para nuestra salud. Un mal descanso nocturno tiene consecuencias negativas sobre el cuerpo y el cerebro; provoca cansancio, somnolencia, irritabilidad y disminución de la atención y de la concentración, lo que afecta a nuestro rendimiento en el trabajo o el estudio. Si esta situación se mantiene durante un espacio prolongado de tiempo, puede llegar a provocar enfermedades como depresión y ansiedad e, incluso, afectar a nuestro sistema inmune.
No obstante, hay métodos y recomendaciones de la Sociedad Española de Neurología que nos pueden ayudar a conseguir un buen descanso nocturno en esta situación:
- Mantén una rutina y establece un horario fijo para ir a dormir. De esta forma, nuestro cerebro se habituará a él y reconocerá esa hora como la del inicio del descanso.
- Haz ejercicio durante el día. No obstante, evita realizarlo poco antes de irte a dormir porque, si no, estarás activando a tu organismo.
- Mantén una alimentación sana y equilibrada.
- Intenta, ya sea a través de la ventana o de un balcón, exponerte al sol y al aire fresco por la mañana.
- ¡No te lleves el móvil a la cama!. Los dispositivos digitales emiten una luz que puede perjudicar nuestro sueño. Además, así evitaremos ver noticias preocupantes justo antes de dormir.
- Intenta relajarte a lo largo del día y, sobre todo, antes de irte a dormir. Busca algo que te distraiga y te ayude a despejar la mente y hazlo.
- Si ves que el problema persiste a lo largo del tiempo, pide ayuda a tu entorno o consulta con tu médico o tu especialista.