Aunque debemos hacerlo durante todo el año, cuidar la piel en verano es algo que tener en cuenta de forma especial en esta época del año. Las altas temperaturas, la exposición al sol, el cloro de las piscinas, son agentes externos que pueden afectar a nuestra piel. Durante la época estival, nuestra piel está mucho más expuesta a diversos factores externos que pueden producir daños como deshidratación o quemaduras.
Para evitar esta situación, además de prestar especial atención a la hidratación y la protección solar, podemos ayudarnos de ciertos componentes que, gracias a sus propiedades, nos ayudarán a cuidar nuestra piel este verano.
Componentes naturales que ayudan a nuestra piel
Licopeno
El licopeno es un carotenoide lipófilo responsable del color rojo en varias frutas y verduras como el tomate, la sandía o la guayaba. Es conocido por sus propiedades antioxidantes. Según diversos estudios, este componente puede ser de utilidad para la protección de la piel sobre radiaciones UVB, así como reducir significativamente la expresión de ARNm inducido por dicha radiación.
Betacaroteno
Los betacarotenos son una fuente natural de vitamina A, que contribuye al mantenimiento de la piel en condiciones normales. Actúan como protectores de la piel contra el eritema producido por rayos UV y previenen las respuestas proinflamatorias producidas por el ozono.
Luteína
La luteína es un carotenoide presente en plantas verdes como las espinacas. Según diversos estudios, en conjunto con la zeaxantina puede proporcionar beneficios significativos a la piel de una manera similar a la protección que ha demostrado proporcionado en el ojo humano. Asimismo, tiene efecto antioxidante y puede eliminar especies reactivas de oxígeno.
Astaxantina
La astaxantina es un carotenoide de color naranja/rosado que se encuentra comúnmente en plantas y mariscos marinos.
Es un poderoso antioxidante que puede prevenir y/o reducir las características del fotoenvejecimiento asociado con la radiación ultravioleta tipo A, como la flacidez y/o la formación de arrugas en la piel. Asimismo, estos efectos son capaces de prevenir o retrasar las quemaduras solares.
Manteca de karité
La manteca de karité se compone esencialmente de triglicéridos con ácidos grasos oleico, esteárico, linoleico y palmítico y materia insaponificable. Además, tiene un alto porcentaje de insaponificables, es decir, triterpenos, tocoferoles, fenoles y esteroles, a los que se les atribuyen propiedades antinflamatorias y antioxidantes.
Caléndula
La Calendula offcinalis es una planta europea con una flor de color amarillo brillante y naranja que pertenece a la familia Asteraceae.
Es una planta fitoterapéutica rica en metabolitos biológicamente activos como sesquiterpenos, alcohol, saponinas, flavonoides triterpenos, hidroxicumarina, carotenoides, taninos y aceites volátiles (0.1-0.2 %). La caléndula es útil para el tratamiento de inflamaciones leves de la piel, como quemaduras solares y para ayudar a la cicatrización de pequeñas heridas. Puede consumirse como infusión.
Manzanilla
La manzanilla es una planta anual de la familia Asteraceae autóctona de Europa y Asia. Posee una actividad antinflamatoria, relajante y bactericida y, además tiene propiedades acaricidas. Suele utilizarse en infusión como bebida o por vía tópica, en este caso, ayuda en inflamaciones e infecciones de la piel y las mucosas.