En otoño nuestro organismo se ve sometido a grandes cambios, lo que puede acabar afectando a nuestra salud. Para evitarlo, podemos ayudarnos de las vitaminas y los minerales, ya que son grandes aliados para cuidarnos durante la época otoñal.
Bajada de temperaturas, lluvia, cambio horario… durante el otoño son muchos los factores que cambian en nuestro entorno. Esto puede terminar afectando a nuestro organismo, ya sea provocando una bajada de defensas que nos haga más vulnerables a virus y bacterias o aumentando nuestra sensación de cansancio debido a la reducción de luz solar.
No obstante, podemos darle un apoyo extra a nuestro cuerpo aportándole nutrientes como vitaminas y minerales que nos ayuden a cuidar nuestra salud en otoño y, sobre todo, prepararnos para la llegada del invierno.
A continuación, te enumeramos algunos de estos nutrientes:
Vitamina C
Si hay un nutriente importante para nuestro sistema inmune es, sin duda, la vitamina C. Este nutriente no solamente potencia nuestras defensas, sino que, además, las células inmunes la acumulan y la concentran para poder utilizarla rápidamente durante una respuesta inmune activa.
Asimismo, funciona como un potente antioxidante que protege al cuerpo del daño producido por los radicales libres y desempeña un papel esencial en la síntesis del colágeno, lo que puede ayuda a nuestra piel no solamente a recuperarse de los daños del verano, sino también a protegerse del frío.
Otra de sus principales funciones es ayudar a la absorción del hierro, por lo que ayuda a la reducción del cansancio y la fatiga.
Vitamina D
La vitamina D juega un papel muy importante en la respuesta antimicrobiana innata y algunos estudios han demostrado su capacidad para reducir el riesgo de infecciones en el tracto superior.
También es una vitamina esencial para la absorción del calcio y el fósforo y, por tanto, mantener los huesos y dientes en condiciones normales.
En los humanos, la vitamina D se produce en la piel al exponerse a la luz solar, por lo que es conocida como “la vitamina del sol”. En otoño, debido a la reducción de horas de sol, podemos sufrir más déficit de este nutriente, por lo que, si se produce esta situación, debemos recurrir a complementos alimenticios de calidad para asegurarnos de tener unos niveles correctos de esta vitamina en nuestro organismo.
Vitamina B7
En otoño no solamente se caen las hojas de los árboles: nuestro cabello también.
La vitamina B7, también conocida como biotina, es un nutriente fundamental para la salud del cabello, ya que su déficit puede provocar debilitamiento y caída capilar. También ayuda al buen funcionamiento del sistema inmune y contribuye al metabolismo energético normal, por lo que es una gran aliada durante la época otoñal.
Vitamina A
La vitamina A es otra de las vitaminas fundamentales cuidar nuestra salud en otoño, ya que nos ayuda a mantener nuestro sistema inmune a pleno rendimiento durante la época de frío.
Asimismo, contribuye al mantener la salud de nuestros ojos y piel, así como a la absorción del hierro.
Zinc
El zinc tiene propiedades antibacterianas y antivirales, por lo que es de gran importancia en las funciones del sistema inmune: aumenta nuestras defensas, nos hace más resistente a las infecciones y apoya la respuesta al estrés oxidativo y la eliminación de radicales libres.
En nuestro organismo no hay un órgano de reserva que actúe como almacenamiento en caso de déficit en la dieta, por lo que es muy importante tener un aporte correcto de este nutriente.
Hierro
La falta de hierro en nuestro organismo puede provocar debilidad, cansancio y uñas y pelo quebradizas, entre otros síntomas. Además, este mineral se encarga de transportar el oxígeno por nuestro organismo, por lo que si no tenemos unos niveles adecuados nuestras defensas no pueden actuar correctamente ante la amenaza de virus y bacterias.
Por lo tanto, es muy importante aportar a nuestro organismo una ingesta correcta de hierro, ya sea a través de la alimentación o mediante complementos alimenticios.
Magnesio
El magnesio es nuestro gran aliado para combatir el cansancio y la fatiga que, en muchas ocasiones, vienen con la llegada del otoño debido a que todos los cambios a los que se somete nuestro organismo.
Y es que se trata de un mineral necesario para la producción y el almacenamiento de energía, la función adecuada de los nervios y los músculos y el desarrollo de huesos fuertes.
