Rosa mosqueta
Rosa eglanteria
La rosa mosqueta o rosa eglanteria también es conocida como rosa rubiginosa. Se trata de un arbusto originario de Europa y Asia occidental perteneciente a la familia de las rosáceas.
En muchas ocasiones esta planta es ornamental, aunque se puede encontrar en estado silvestre. Su fruto, también conocido como escaramujo, se utiliza para la elaboración de dulces y mermeladas o en infusiones. Además, el aceite extraído de sus semillas se aprovecha en cosmética, principalmente con propiedades cicatrizantes.
Descripción
Es un arbusto denso de hoja caduca de dos a tres metros de alto y ancho, con tallos con numerosas espinas en forma de gancho . El follaje tiene una fuerte fragancia parecida a la de la manzana . Las hojas son pinnadas compuestas, de 5 a 9 cm de largo, con 5 a 9 folíolos de redondeados a ovalados con un margen dentado y numerosos pelos glandulares. Las flores miden entre 1,8 y 3 cm de diámetro, los cinco pétalos son rosados con una base blanca y los numerosos estambres amarillos; las flores se producen en racimos de 2 a 7 juntas, desde finales de la primavera hasta mediados del verano. El fruto es una cadera roja de globosa a oblonga de 1 a 2 cm de diámetro.
Origen y etimología
¿Para qué sirve la rosa mosqueta? Propiedades
Aceite esencial de rosa mosqueta
El aceite se obtiene de las semillas aunque también se utiliza el pericarpio, o cascarilla, del fruto. La concentración en ácido ascórbico, que es aproximadamente 40 veces superior a la presente en los cítricos, representa una importante fuente antioxidante y nutricional. La tretinoína le brinda relevantes cualidades en el área de la cosmética y dermatología, principalmente como emoliente y cicatrizante. Dentro de los usos tradicionales está la cicatrización de heridas, úlceras tróficas, queloides, quemaduras, lesiones acneicas y radiodermatitis.
El aceite de rosa mosqueta es un aceite vegetal que se extrae de las semillas de un arbusto silvestre de la familia de las rosas, la rosa moschata o rosa rubiginosa, una planta originaria de Europa.
Posee entre sus nutrientes, ácidos grasos insaturados, lípidos que nuestro organismo no puede sintetizar por sí solo, como el omega-3 y el omega-6. También tiene un alto contenido vitaminas C y E lo que le convierte en un potente antioxidante, así como vitamina A importante para la correcta función celular.