Aceite esencial de salvia
La salvia o Salvia officinalis es una especie herbácea perteneciente a la familia de las lamiáceas y nativa de la región mediterránea.
Es una planta perenne, aromática que puede alcanzar hasta los 70 centímetros de altura. La salvia es una planta de la que utilizamos la hoja desecada. Los principios activos más importantes de la hoja de la salvia son el aceite esencial, los derivados del ácido hidroxicinámico y los diterpenos fenólicos de sabor amargo.
Aceite esencial de salvia
Este aceite esencial proviene de las partes aéreas de la Salvia officinalis como las hojas. Este aceite esencial suele extraerse por destilación de vapor de agua y, como todos los aceites esenciales, es intensamente aromático, no graso, volátil y ligero. Es insolubles en agua, ligeramente soluble en ácido acético y completamente soluble en alcohol, grasas, ceras y aceites vegetales. Se debe tener en cuenta que se oxida fácilmente al contacto con el aire.
Además, entre sus compuestos cabe destacar el alfa-thuyona y el beta-thuyona. La tujona, thuyona o thujona es una sustancia que está presente en los aceites esenciales de algunas plantas, principalmente en el ajenjo, aunque la el aceite de salvia también contiene esta sustancia. Está químicamente relacionada con el alcanfor y posee una acción analéptica y convulsivante. Además, actúa sobre los receptores del ácido gamma-aminobutírico o GABA en el cerebro.
En cuanto a sus propiedades cabe destacar que este aceite tiene propiedades antimicrobianas, antinflamatorias y antioxidantes que pueden ser beneficiosas tanto para el sistema renal y los riñones, como para el sistema digestivo. Sus compuestos, como el ácido rosmarínico, el cineol o el borneol, pueden ayudar a reducir la inflamación y combatir posibles infecciones, contribuyendo así a la salud renal y digestiva. La salvia también puede tener efectos antiespasmódicos que contribuyen a aliviar los cólicos y los espasmos intestinales.