Morfología
El ajo es una especie estéril de amplia variabilidad morfológica y fisiológica. Es una planta perenne con hojas planas y delgadas, de hasta tres centímetros de longitud. Sus raíces alcanzan fácilmente profundidades de cinco centímetros. El bulbo, de piel blanca, forma una cabeza dividida en gajos que comúnmente son llamados dientes. Cada cabeza puede contener de 6 a 12 dientes y cada uno se encuentra envuelto en una delgada capa de color blanco o rojizo. Además, cada uno de estos dientes puede dar origen a una nueva planta de ajo, ya que poseen en su base una yema terminal que es capaz de germinar incluso sin necesidad de plantarse previamente. Este brote comienza a aparecer después de los tres meses de cosechado, dependiendo de la variedad y condiciones de conservación. Las flores son blancas, y en algunas especies el tallo también produce pequeños bulbos o hijuelos.
Propiedades del ajo
El ajo se utiliza como: coadyuvante en la profilaxis de la aterosclerosis (por los derivados azufrados del bulbo de ajo) y para el tratamiento de las hiperlipidemias. Inhibe algunos de las enzimas (hidroximetilglutaril-CoA reductasa) implicadas en el metabolismo del colesterol y de distintas enzimas lipogénicas. También se utiliza para mejorar la circulación en los trastornos vasculares arteriales periféricos: hipertensión arterial (previene el incremento de la presión arterial inducido por la inhibición crónica de la síntesis de óxido nítrico), arteriopatías, claudicación intermitente, prevención de tromboembolismos. Disminuye niveles de colesterol, reduce la progresión del proceso aterosclerótico, con disminución del tamaño de la placa aterosclerótica.
Por su acción antimicrobiana es útil para combatir los catarros y otras infecciones del tracto respiratorio. De acuerdo con los resultados obtenidos en distintos ensayos clínicos, los preparados de ajo pueden ser de interés como coadyuvantes en el tratamiento de la hipertensión leve o moderada. Otros usos descritos: parasitosis intestinales (oxiuriasis), infecciones de las vías urinarias. En uso tópico: dolores osteoarticulares, dermatomicosis, parodontopatías, hiperqueratosis.
El ajo posee efectos antibacterianos y antivirales, ayudando a aliviar los síntomas del resfriado y de las afecciones respiratorias en general.