Bacillus coagulans produce bacteriocinas que son unas toxinas proteicas que inhiben el crecimiento de otras baterías similares, no necesita refrigeración para mantenerse activo siendo estable a temperatura ambiente.
A diferencia de otros probióticos, Bacillus coagulans resiste las condiciones más extremas y agresivas del cuerpo y de los procesos alimentarios, haciéndolas ideales para usar en todo tipo de productos. Puede conservarse incluso en alimentos ácidos, como el jugo de tomate en conserva.