Citrato de calcio
El citrato de calcio o Ca₃(C₆H₅O₇)₂ es una sal orgánica del ácido cítrico y el calcio. Se presenta como un polvo blanco, inodoro y poco soluble en agua. En el ámbito de la salud, el citrato de calcio se utiliza como complemento alimenticio para aportar calcio, un mineral esencial para el cuerpo humano. A diferencia de otras formas de calcio, como el carbonato de calcio, el citrato de calcio se absorbe más fácilmente en el tracto gastrointestinal, lo que lo convierte en una opción ideal para personas con baja acidez estomacal o problemas de absorción.
El calcio es el mineral más abundante en el cuerpo humano y desempeña un papel crucial en la formación y mantenimiento de huesos y dientes fuertes. También es esencial para la contracción muscular, la transmisión nerviosa, la coagulación sanguínea y la regulación de diversas funciones celulares. El citrato de calcio se utiliza para prevenir y tratar la deficiencia de calcio, que puede conducir a problemas de salud como la osteoporosis y el raquitismo. Además, se ha investigado su potencial para reducir el riesgo de cálculos renales y mejorar la absorción de hierro.
El fluoruro de calcio es una fuente importante de flúor que, además, ayuda a fortalece el esmalte dental, haciéndolo más resistente a los ácidos. También puede ayudar a remineralizar el esmalte dental en etapas tempranas de la caries. Por otra parte, se incorpora a los huesos, aumentando su densidad y resistencia, lo que puede ser beneficioso en la prevención y el tratamiento de la osteoporosis. Un déficit de flúor puede aumentar el riesgo de caries, especialmente en niños. Sin embargo, la deficiencia de flúor es poco común, ya que este mineral se encuentra en pequeñas cantidades en algunos alimentos como el pescado, el té y algunas verduras. Sin embargo, la principal fuente de flúor para la mayoría de las personas es el agua potable fluorada. En algunas áreas, el agua potable es fluorada artificialmente para alcanzar niveles óptimos para la salud dental.
El flúor fue descubierto en 1886 por el químico francés Henri Moissan. A principios del siglo XX, se observó que las personas que vivían en áreas con agua potable naturalmente fluorada tenían menos caries. Esto condujo a la implementación de la fluoración del agua en muchas comunidades de todo el mundo, lo que ha demostrado ser una medida eficaz para prevenir la caries dental.