Las hojas son pecioladas y opuestas, muy verdes y con el borde del limbo dentado. Sus flores son blancas o violáceas, pequeñas y habitualmente estériles. Posee un olor intenso, agradable y delicado menos penetrante que otras mentas. Florece mal, y cuando lo hace es en verano.
Se cultiva normalmente en huerta, pero puede aparecer espontáneamente en terrenos húmedos. Se recolectan las hojas frescas, a partir del segundo año de la planta. Pueden recortarse una o dos veces durante el verano a lo largo de varios años, procediendo después a la fragmentación de la cepa para obtener nuevas plantas (recordar que sus flores son estériles y por eso ésta es la única forma de propagar la planta). Las hojas deben recolectarse con tiempo cálido y soleado; se ponen a secar en una corriente de aire (que puede ser artificial) a una temperatura máxima de 25º C. Las hojas frescas suelen rendir un porcentaje alto en esencia, más que cualquier otra parte de la planta.