Acción:
Excelente potenciador de diversas líneas de células del sistema inmunológico, así como favorecedor de las funciones intestinales y regulador de las bacterias beneficiosas del mismo. Estimula el butirato intestinal. En infecciones virales invernales, virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH), tumor de hígado, colesterol elevado, infecciones en general.
Explicación:
Los arabinogalactanos se obtienen de la corteza del árbol Larix occidentalis, el alerce americano. Es un mucopolisacárido que aporta gran cantidad de fibra muy beneficiosa. Estas moléculas están muy ramificadas y presentan distintos pesos moleculares. Las que tienen bajo peso molecular tienen una acción antiinflamatoria y antialérgica. Las de alto peso molecular, debido a que estimula la acción de varias células de nuestro sistema defensivo, y lo protegen contra elementos dañinos, como pueden ser las conocidas células asesinas NK (killers).
Los arabinogalactanos provocan una respuesta adaptativa por parte del sistema inmunológico para cada tipo de antígeno. Se ha visto que hay una reacción a las vacunas aumentando mucho las inmunoglobulinas G. Un estudio ha podido constatar que el efecto inmunomodulador no afecta negativamente a los parámetros inmunitarios.
Modula la producción de citoquinas que son esenciales para la comunicación celular. Estimula el interferón gamma y el factor de necrosis tumoral (TNF). También estimula a las diferentes interleucinas. Aumenta el número de macrófagos y monocitos (sus precursores), importantes células de nuestro sistema inmunitario. Potencia la producción de glóbulos blancos, especialmente de los neutrófilos.
Contiene además polifenoles, potentes antioxidantes, muy abundantes en frutas y verduras. Especialmente la quercetina y la taxifolina que, dentro de los polifenoles, tiene especial acción antienvejecimiento, antioxidante y quimioprotector.
La equinácea o el índigo salvaje contienen compuestos semejantes a los arabinogalactanos pero en menor cantidad. El hongo Ganoderma lucidum contiene también arabinogalactanos. También los alimentos ricos en estos principios como son las zanahorias, los rábanos, peras, trigo y tomate.
La parte de arabinogalactanos que no es absorbida en el intestino sufre un proceso de fermentación que favorece el crecimiento de bacterias positivas como Bifidobacterium o Lactobacillus y favorece la producción de ácidos grasos de cadena corta, fundamentalmente butirato. El butirato es fundamental para la salud intestinal porque es un buen nutriente de las células epiteliales del intestino, para obtener energía. Protege además la mucosa intestinal contra los agentes patógenos o células promotoras de los tumores.