Acción:
Formulación que ayuda a frenar los procesos de envejecimiento producidos por glicación.
Esta sinergia de elementos naturales incide en la inhibición de los procesos metabólicos que conducen a la formación de los AGE (PGA) y, por tanto, minimiza los efectos negativos que éstos producen en las células y tejidos.
Explicación:
Glicación y envejecimiento
La glicación es un proceso biológico degradante que ocurre cuando hay un exceso de glucosa y otros azúcares que reaccionan con las proteínas, produciendo en éstas una transformación que poco a poco se va haciendo estable y permanente. Las proteínas son muy importantes porque forman parte de muchas reacciones en el organismo y además son mediadores de la información y forma parte de los ácidos nucleicos, es decir, de la genética donde reside la información de nuestros correctos procesos biológicos y se altera la función biológica del ADN.
La glicación, también llamada reacción de Maillard, dando lugar a esas proteínas degradadas, llamadas AGE en inglés o PGA en español (productos de glicación avanzada). Estas moléculas dan lugar al envejecimiento porque afectan a diversos lugares.
Estas transformaciones que dan lugar a los AGE son por vía no enzimática y están relacionadas con procesos de envejecimiento, diabetes, cataratas, etc.
La reacción comienza con la acción de un grupo aldehído de un azúcar, como la glucosa, y un grupo amino de una proteína.
En la diabetes, el exceso de glucosa provoca muchos PGA, dando lugar a las cataratas, degeneración retiniana o alteraciones en la hemoglobina de los eritrocitos.
Los PGA pueden encontrarse en el plasma, líquido intracelular, matriz extracelular, pared arterial, glomérulos del riñón, membranas basales glomerulares, capilares, vasculatura de la retina, fibras nerviosas, colágeno o elastina.
Los PGA se forman en el organismo o se pueden adquirir por el tabaco o una mala alimentación. Uno de ellos, la carboxilmetil-lisina (CML) entra en un porcentaje del 10% en la alimentación.
Por ejemplo, la hemoglobina de los eritocitos es afectada y queda glicosilada, y por ello se mide la hemoglobina glicosilada como un parámetro muy fiable de la afectación por diabetes (6 es el máximo admisible). Ocurre algo parecido en el cristalino y las consiguientes cataratas, que es otra zona diana de los PGA.
El colágeno es otro candidato en sufrir alteraciones por formación de los PGA. Disminuye la flexibilidad y puede afectar a la pared de la aorta y otros vasos, o a la piel. Esto da lugar a ateroesclerosis, nefropatías, alteraciones vasculares periféricas. Un colágeno afectado da lugar a arrugas, flacidez, descolgamientos o celulitis.
Otras enfermedades como el Alzheimer e infarto cerebral pueden estar causadas por la formación de PGA. Las placas de beta-amiloide en el cerebro contienen casi 3 veces más PGA que lo normal en el tejido nervioso extracelular. Por tanto, la glicación también está implicada en los procesos neurotóxicos.
La glicación no enzimática (PGA) puede afectar al ADN dando lugar a mutaciones porque compromete el genoma, dando lugar a situaciones degenerativas complejas.
Madres diabéticas pueden dar lugar a alteraciones congénitas en los bebés porque se daña el ADN.