Acción:
Actúa sobre las articulaciones, la piel y el tejido conectivo. Acción antiinflamatoria y regeneradora. En artritis, sirve como inmunorregulador. Útil en fibromialgias, alergias y parásitos.
Explicación:
El MSM es azufre orgánico, también llamado dimetil-sulfonil-oxígeno (DMSO2). Existe de forma natural en la leche materna, vegetales como la cebolla, girasol, lentejas, productos animales como la leche o los huevos, en el marisco, la carne, té, chocolate, café, etc.
Es un derivado azufrado que con mucha facilidad es alterado por las altas temperaturas, en la cocción de los alimentos o con los pesticidas. Por ello, se supone que no entra en nuestro organismo como debería y se sabe que con la edad va disminuyendo su concentración en el organismo. También se sabe que debe mantenerse en el organismo a un cierto nivel para llevar a cabo su función biológica.
El azufre es un importante componente corporal. Tiene muchas funciones, pero entre ellas podemos destacar su relación con la síntesis de algunos aminoácidos como la metionina y la cisteína.
Ambos tienen que ver con el buen estado de la piel (la queratina contiene mucha cisteína) y con el colágeno, componente importante del tejido conectivo, vital para el buen funcionamiento de las articulaciones. El azufre biológico además es un estabilizador de muchas proteínas en nuestro organismo.
Su principal virtud está relacionada con el mantenimiento sano del tejido conectivo y, por tanto, está conectado con la flexibilidad y la elasticidad de las articulaciones, tendones, ligamentos, cartílago y piel. Resumiendo, posee estas propiedades: regenerador de cartílago, antiinflamatorio, analgésico, ligero vasodilatador y estabilizador de proteínas en el organismo. Está relacionado con la síntesis de glutatión, un buen antioxidante natural, en el organismo, y con la síntesis de queratina, proteína indispensable para la formación de pelo, uñas y piel. Inhibe la colinesterasa, enzima que degrada la acetilcolina, un neurotransmisor muy importante.
Entre las aplicaciones del MSM nos encontramos con:
- Artritis: debido a su acción regeneradora del cartílago y a su acción analgésica, mejora la acción antiinflamatoria del cortisol natural y reduce los fibroblastos presentes en la inflamación. Su efecto analgésico se relaciona con la reducción de la inflamación, un efecto vasodilatador que activa la circulación de la zona, la inhibición de la transmisión nerviosa del dolor y la reducción de los espasmos musculares. Se han observado buenos resultados en la artritis reumatoidea, como se sabe relacionada con el sistema inmunitario. Parece ser que el MSM es también un buen inmunorregulador, lo cual abre una esperanza para la investigación en lupus eritematoso, esclerosis múltiple, psoriasis, enfermedad de Crohn, etc.
- Fibromialgia: la fibromialgia es una enfermedad que ataca a músculos, tendones y ligamentos, produciendo dolor, cansancio, rigidez, ansiedad, depresión, colon irritable, etc. Se ha comprobado que los pacientes con esta enfermedad obtienen un alivio sintomático con esta sustancia, lo cual es muy esperanzador teniendo en cuenta el difícil tratamiento de esta enfermedad de causa desconocida.
- Alergias: el asma, la sinusitis, la fiebre del heno, alergias alimentarias y otras de origen alérgico, pueden aliviarse con el MSM. Parece ser que tiene efectos en la liberación de histamina y en la liberación de anticuerpos.
- Estreñimiento: produce un efecto tonificante sobre los intestinos.
- Acidez gástrica: actúa inhibiendo la acidez gástrica en personas con gastritis, úlcera, etc.
- Parásitos.
El MSM no tiene mal sabor, ni mal olor, ni provoca irritaciones en la piel. Deriva del DMSO, sustancia antiinflamatoria y analgésica además de antioxidante, que sí desprende un olor desagradable. El DMSO da lugar al MSM y al DMS. Por tanto, esta sustancia no tiene efectos secundarios y si se toman dosis exageradas raras veces provoca molestias digestivas. Dosis muy por encima de las recomendadas no han producido efectos tóxicos en humanos.