Acción:
Conjunto sinérgico de principios naturales no nocivos que ayudan a la eliminación de sustancias tóxicas en los pulmones, depurándolos. Antioxidantes, expectorantes y broncodilatadores, ayudan en esta función. De utilidad también en infecciones pulmonares. Y en personas con cronocidad en el reflujo gastroesofágico que puede reducir la luz de los bronquios por estimulación del nervio vago.
Explicación:
N-acetilcisteína
En primer lugar, hay que destacar especialmente su efecto antioxidante y protector del hígado, que neutraliza tóxicos como el alcohol, paracetamol o radicales libres diversos. Esta actividad hace que sea útil en el tratamiento de la hepatitis o cirrosis. Es también un preventivo del daño renal producido por fármacos.
Su presencia hace que se sintetice más L-glutatión, uno de los antioxidantes más importantes y efectivos del organismo. Forma parte también de la enzima antioxidante glutatión peroxidasa. Por sus características antioxidantes, es capaz de prevenir la oxidación del colesterol LDL, un factor de riesgo importante en las cardiopatías. Reduce también la lipoproteína A y la homocisteína, ambos factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Existe evidencia de que tiene efectos dilatadores y antiagregante plaquetario, por lo que es útil en las secuelas de las isquemias. Fluidifica las mucosidades, por lo que es eficaz en la bronquitis, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o en la fibrosis cística. Puede ser un buen coadyuvante en el tratamiento del asma, y en fumadores y personas expuestas a tóxicos ambientales que entran por vía pulmonar, así como en neumonías. Es un quelador de metales pesados como cromo, mercurio, boro o arsénico. De gran utilidad para tratar el envenenamiento por metales pesados. En algunos experimentos animales se ha visto que puede reducir el desarrollo de las retinopatías propias de la diabetes. La elevación del glutatión celular inhibe la propagación viral y puede ser útil en pacientes con infecciones víricas como el VIH. Así mismo, estimula la respuesta inmune.
Epigalocatequina
El té verde contiene polifenoles, entre los que destaca el galato de epigalocatequina, con la capacidad de alargar los telómeros en el ser humano. Un estudio de bastante amplitud (2.000 sujetos humanos mayores de 65 años), en la Universidad de Hong Kong demostró que provocaban un estiramiento de los telómeros (46% más) equivalente a 5 años más de vida.
Es un gran neuroprotector que puede ralentizar la formación de las placas amiloides, retardando el Alzheimer, protector cardiovascular, regulador de la tensión y un excelente protector del tejido pulmonar.
Quercetina
Es un buen antiinflamatorio de gran utilidad en las afecciones pulmonares que cursan con inflamación que impide una función pulmonar normal.
Cúrcuma (Curcuma longa)
Los principios activos de la cúrcuma, en forma liposomada, son de fácil absorción y tienen una buena disponibilidad biológica, actuando a nivel pulmonar como un antiinflamatorio, una de sus propiedades más destacables, así como una virtud antioxidante indiscutible.
Pino (Pinus pinaster)
La corteza de pino es muy rica en principios de la familia de los flavonoides (protoantocianidinas, rutósido, catequinas y epicatequinas). Es un gran antioxidante, con un poder 20 veces mayor que la vitamina C y 50 veces superior a la vitamina E, además contiene un 85% de protoantocianidinas. También produce una inhibición de la lipooxigenasa, que es la enzima capaz de convertir el ácido araquidónico en leucotrienos, que son unos compuestos inflamatorios. Conduce a la estabilización del colágeno y la elastina de la piel, mejorando la salud y el aspecto de esta. Tiene una reconocida acción venosa, fortaleciendo las paredes venosas (acción vitamínica P), disminuye su fragilidad y aportando más tono muscular. Mejora la sintomatología de las varices como el dolor o la picazón de las piernas. Actúa como antiagregante plaquetario en los trastornos circulatorios de los fumadores. Es efectivo frente al asma o trastornos respiratorios en general: es antiinfeccioso, astringente y antitusivo. Se emplea también contra la fiebre y en infecciones del tracto urinario. Es útil en la hipertensión y en la retinopatía diabética. Aumenta la resistencia física en deportistas o personas sometidas a un fuerte esfuerzo físico.
Vasaka (Adhatoda vasica)
Es un árbol pequeño cuyas hojas principalmente se usan desde la Antigüedad en Medicina Ayurvédica para tratar los problemas pulmonares. Sus hojas contienen un alcaloide, la vasicina, y aceite esencial, destacando sobre los demás componentes de la planta. Se emplea por su acción expectorante y antihistamínica en la bronquitis, tos, resfriado, tuberculosis o asma. Es una planta con tropismo pulmonar, que normaliza la función de los pulmones y los bronquios. Además, produce una fuerte expectoración que limpia los bronquios de mucosidad.
Jengibre (Zingiber officinale)
Aparte de sus interesantes acciones digestivas o antieméticas, y como excelente antioxidante e inmunorregulador, hay que destacar aquí su efecto antiinflamatorio. Los gingeroles son potentes inhibidores del metabolismo del ácido araquidónico, tanto por la vía de la ciclooxigenasa (COX-2), como de la lipooxigenasa, reduciendo la biosíntesis de prostaglandinas y leucotrienos. El extracto de jengibre es capaz de inhibir la inducción de citoquinas pro-inflamatorias en distintos tipos de células: sinoviocitos y condrocitos humanos, lo cual lo hace interesante en el tratamiento de la artritis reumatoide. Tiene también un efecto muy positivo en la normalización de las funciones pulmonares, y así ha sido empleado desde tiempos remotos para estos fines.
Vitamina C
La vitamina C es un antioxidante clásico y un protector en las enfermedades infecciosas. Ayuda en la desintoxicación pulmonar.