Acción:
Explicación:
Los ácidos grasos omega-3 de origen marino pueden proceder de tres fuentes principales: el aceite de pescado, el aceite de krill y el aceite de microalgas. Además del contenido de omega-3, cada tipo de aceite tiene características diferentes atendiendo a su origen. Normalmente, el aceite procedente de pescado es el mayor aporta de omega-3 (DHA y EPA) puede proporcionar. No obstante, los ácidos grasos poliinsaturados que contienen estos aceites están presentes en forma de ésteres (libres) o unidos a triglicéridos.
La literatura científica destaca la importancia de que los ácidos grasos omega-3 se presenten en forma de fosfolípidos, ya que su biodisponibilidad y mecanismo de acción es mucho más eficaz que cuando éstos están libres o en forma de triglicéridos.
Los triglicéridos se degradan en el tracto gastrointestinal y se transportan hacia el hígado en forma de quilomicrones, llevando posteriormente la mayoría de los ácidos grasos presentes hacia el corazón y los músculos, donde son usados como fuente de energía, o acumulándose en el tejido adiposo.
Por su parte, los ácidos grasos presentes en los fosfolípidos son separados en el tubo digestivo por acción de las fosfolipasas pancréaticas, pero se vuelven a ensamblar posteriormente, una vez que han sido absorbidos por la mucosa intestinal. Los fosfolípidos, gracias a su solubilidad, se transportan a través de la sangre y se incorpora a las células de forma muy rápida, haciendo que los omega-3 se incluyan en las membranas celulares, entre ellas, las de los glóbulos rojos, retina y cerebro.
Estudios específicos sobre la biodisponibilidad de los omega-3 han demostrado que, cuando los ácidos grasos poliinsaturados EPA y DHA están en forma de triglicéridos, el 10% consigue traspasar la barrera entérica y solamente el 0,8% se incorpora a las células, mientras que cuando está en forma de triglicéridos, el 50% atraviesa la barrera entérica llegando a la sangre y el 40% se termina incorporando a las células.
En este sentido, la llegada del aceite de krill al mercado de los omega-3 supuso un cambio significativo en el concepto de utilización de estos ácidos grasos dado que, al contener los omega-3 unidos a los fosfolípidos, representó una alternativa eficaz a los aceites de pescado tradicionales, pese a que el contenido en omega-3 del aceite de krill es sensiblemente menor.
El arenque noruego (Clupea harengus) es una especie pelágica (es decir, salvaje) que se pesca en invierno en las frías aguas que rodean la costa este de Noruega.
Las huevas de arenque son una fuente muy rica en ácidos grasos poliinsaturados, fosfolípidos y proteínas. De hecho, el 70% de las grasas que contienen las huevas son fosfolípidos con un alto contenido de DHA. El 65% del EPA y DHA presente en las huevas del arenque está en forma de fosfolípidos, siendo este porcentaje muy superior al que presenta el aceite de krill.
Además del contenido en ácidos grasos omega-3, el caviar de arenque es una fuente importante de proteínas, y por ello Romega® 30 Premium contiene más de un 60% de aminoácidos proteicos, de los cuales el 46% son aminoácidos esenciales que deben ingerirse en la dieta habitual.
Respecto al aceite de krill, con quien comparte también el contenido de fosfolípidos, Romega® 30 Premium se diferencia en que:
- La composición de omega-3 en los fosfolípidos es más estable.
- El contenido de DHA unido a los fosfolípidos es el doble que el DHA unido a fosfolípidos del aceite de krill.
- La fuente es más sostenible, ya que las huevas se consideran un subproducto y, por tanto, la pesca del arenque no se hace exclusivamente por sus huevas. Es un producto “verde”, ya que no representa un recurso tan importante en la cadena trófica marina como sí lo es el krill.