Morfología
El pino silvestre puede llegar a medir 30 metros de altura y unos cinco de circunferencia, llegando a crecer seis metros de alto en 10 años. Los pinos jóvenes tienen una copa de forma cónica, mientras que las los adultos son irregulares, anchas y deprimidas. En cuanto a los troncos, los pinos jóvenes presentan un tronco vestido que de adulto pasa a estar desnudo.
Las hojas son simples, agrupadas de dos a dos, aciculares, rígidas, punzantes, cortas, de entre tres y siete centímetros de longitud, de sección semicircular, redondeadas en el dorso y, finalmente, dentadas. Las flores o estróbilos femeninos son conos de forma oblonga de color castaño. Los piñones, que son las semillas, son diminutos, dotados de un ala.
El pino soporta pleno sol, se adapta a todo tipo de suelo menos a los anegados y cuanto más fértiles y profundos, mayor es el desarrollo. Son árboles resistentes a la sequía. No toleran la contaminación y no viven mucho tiempo en competencia con otras especies que lo superen en altura. Además, resisten inviernos muy fríos.
Propiedades del pino
Las agujas son ricas en vitamina C y flavonoides con acción antiescorbutica. Poseen pinosilvina, derivado del stilbeno, con acción antifúngica y su aceite esencial es rico en pineno, limoneno, borneol, acetato de bornilo, cadineno, etc. Estas propiedades le confieren una acción antinfecciosa, antigotosa y estimulante de las suprarrenales.
Las yemas poseen glúcidos, un hexitol (pinitol), aceite esencial (rico sobre todo en pineno y limoneno), un coniferósido (glucósido del alcohol coniferílico) y un principio amargo (pinicrina).
En cuanto al alquitrán o esencia de trementina posee carburos como el benzeno, el tolueno, el xileno, el stireno, el naftaleno o el reteno. Además de trazas de ácidos orgánicos como el fórmico o el acético, ácidos resínicos como el ácido abiético y, sobre todo, fenoles y sus ésteres como el pirocatecol, gaïacol, cresol y creosol.
El pino actúa como expectorante interviniendo directamente sobre el epitelio bronquial, ejerciendo un efecto irritante y aumentando la producción de secreciones bronquioalveolares. Además, aumentan la actividad de los cilios bronquiales. Este planta se suele utilizar para ayudar en el resfriado común, tos improductiva, bronquitis, faringitis, infecciones respiratorias, fiebre, neuralgia, artralgias, artritis, estomatitis, e hipotensión. Tradicionalmente el pino se ha utilizado para el apoyo de la congestión nasal, la afonía, la litiasis biliar y la colelitiasis. También se ha utilizado por vía tópica para el tratamiento de quemaduras, lesiones cutáneas o congelación.
La Comisión Europea del Medicamento aprueba el uso de las yemas del pino en casos de infecciones catarrales de las vías respiratorias altas y, en uso tópico, en dolores musculares y neuralgias.