Propóleo
El propóleo es una sustancia resinosa que las abejas recogen de las yemas de los árboles y de diversas fuentes vegetales. Recogen esta sustancia para procesarla en el interior de la colmena y utilizarla como material sellante o fijador para grietas de tamaño pequeño, aproximadamente menores de 6 milímetros. A veces está mezclado con cera.
Aunque durante siglos se pensó que el único objetivo del propóleo era sellar la colmena para protegerla de los elementos, durante el siglo XX se descubrió que esta suposición no exacta. Actualmente se cree que el objetivo de los propóleos es reforzar la estabilidad estructural y la seguridad de la colmena, cerrando entradas alternativas, así como ayudar a reducir las vibraciones. Además, ayuda a prevenir enfermedades y parásitos, utilizando este compuesto para evitar la putrefacción de los cadáveres de las abejas muertas u otros insectos que acceden a la colmena y luego no pueden salir de ella. De hecho, el término “propóleo” proviene del griego Própolis que significa “defensa de la ciudad”.
De color amarillo oscuro o marrón se desmenuza fácilmente en frío, es maleable a partir de 21º C y se funde a 66º C. Al derretirse desprende un agradable olor aromático. Sus características morfológicas, entre ellas su color, varían según variedades vegetales, condiciones ambientales y zona donde se recolecte.
Composición
Su composición química es sumamente compleja. Se han detectado más de 250 elementos constituyentes y unos 50 principios biológicamente activos en él, lo que explica su amplia variedad de propiedades. Contiene resinas, bálsamos, aceites esenciales, minerales con más de 20 oligoelementos, vitaminas, aminoácidos, de los cuales tiene siete de los ocho esenciales y más de 50 grupos de flavonoides. Además, los grupos fenólicos le confieren unas sobresalientes propiedades antisépticas. No obstante, estudios científicos llevados a cabo por diversos investigadores en todo el mundo han demostrado que el efecto del propóleo se consigue gracias a la acción sinérgica de todos sus componentes.
Podemos desglosar el propóleo de la siguiente forma:
- Resinas y bálsamos: 50-60 %
- Ceras: 20-30 %
- Polen: 5 %
- Azucares, sustancias orgánicas y minerales: 5 %
- Sustancias tánicas: 4-10 %
- Aceites esenciales y volátiles: 3-7 %
Se han identificado en el propóleo un alto porcentaje de principios activos naturales como son el grupo de los flavonoides, sustancias que ayudan a mejorar las defensas del organismo destacando:
- Flavonas: ramnocitrina, kaempferol, crisina, galangina, isalpinina, acacetina, apigenina o pectolinarigenina.
- Flavonoles: kaempferido, quercetina, butelenol, rhamnacina, isorhamnetina o ermanina.
- Favononas: pinocembrina, pinostrobina, sakuranetina) e dihidroflavononas.
Además, podemos encontrarnos con polifenoles derivados del alcohol bencílico, ácido benzoico, alcohol cinámico, cumarinas, triglicéridos fenólicos, elementos aromáticos, monoterpenos, hexaterpenos, triterpenos, esteroles, ácidos grasos, carbohidratos, polisacáridos, vitamina A, vitaminas del grupo B, calcio, potasio, sodio, magnesio, hierro, aluminio, fósforo, silicio, estroncio, cromo, cobalto, boro, manganeso, selenio, molibdeno y zinc. Los compuestos fenólicos constituyen más de 50 % total de su composición y el principal compuesto polifenólico es la galangina.
Propiedades
El propóleo contiene resinas, ceras, aceites esenciales, polen, varios minerales, oligoelementos y vitaminas. Dentro de esta sustancia se han identificado diversos componentes y, los principales, cuentan con una estructura flavonoide cuya concentración varía sustancialmente dependiendo del origen de las muestras. De entre estos, destacan los ácidos orgánicos, como el benzoico o el gálico, los ácidos fenólicos como el cafeico, cinámico, ferúlico, isoferúlico o p-cumárico, los aldehídos aromáticos como la vainillina o la isovainillina, y, finalmente, las cumarinas y flavonoides como la galangina, pinocembrina, crisina o quercetina, entre otras.
En la antigüedad, los egipcios utilizaban este componente como parte de los ingredientes de las sustancias que utilizaban para conservar las vísceras de los faraones en sus procesos de embalsamamiento de los cuerpos. También se ha utilizado de forma tradicional por sus propiedades antisépticas y fungicidas, como apoyo en el tratamiento de numerosas infecciones. Además, según el Instituto Nacional de Salud estadounidense, el propóleo es posiblemente efectivo para el tratamiento del herpes labial y para el alivio del dolor e inflamación bucal.