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Roble común

Quercus robur

El roble común, también conocido como roble carballo o roble albar (Quercus robur), es un árbol majestuoso y longevo que puede alcanzar hasta 40 metros de altura. Pertenece a la familia de las Fagáceas y es nativo de Europa, Asia occidental y el norte de África. Se caracteriza por su tronco robusto, su copa amplia y redondeada, y sus hojas lobuladas de color verde oscuro.

El roble común ha sido venerado desde la antigüedad por su fortaleza, longevidad y simbolismo. Sus bellotas han sido una fuente de alimento para humanos y animales durante milenios, y su madera, dura y resistente, se ha utilizado en construcción, ebanistería y fabricación de barcos. En la medicina tradicional, se han empleado diferentes partes del roble por sus propiedades astringentes, antinflamatorias y antisépticas.

Roble (Quercus robur)

Descripción

El roble común presenta un tronco grueso y robusto, con una corteza grisácea y rugosa. Sus hojas son caducas, lobuladas, con cinco a siete lóbulos redondeados, de color verde oscuro en el haz y más pálidas en el envés. Sus flores son pequeñas y poco llamativas y sus frutos son las conocidas bellotas, que maduran en otoño.

Origen y etimología

El roble común es originario de Europa, Asia occidental y el norte de África. Su nombre genérico, “Quercus”, proviene del latín y significa “roble”. El epíteto específico, “robur”, también del latín, significa “fuerza” o “robustez”, en alusión a la madera de este árbol.

Propiedades

El roble común contiene taninos, flavonoides, ácidos fenólicos y otros compuestos bioactivos que le confieren propiedades astringentes, antinflamatorias, antisépticas y antioxidantes. Tradicionalmente, se ha utilizado para tratar diversas afecciones, como diarrea, hemorroides, inflamaciones de la piel y mucosas, y problemas respiratorios.

La corteza de roble contiene abundantes taninos, tanto condensados (proantocianidinas) como hidrolizables, principalmente elagitaninos y galotaninos. Entre estos últimos se encuentran castalagina, vescalgina, roburina E y grandinina, así como dímeros de estos últimos (roburina A, B, C y D). Otros componentes son: sitosterol, resinas, pectinas, floroglucina y flavonoides (quercitrósido). Se considera un apoyo tradicional para el tratamiento sintomático de la diarrea leve, las afecciones leves de la piel o de la mucosa oral y el alivio sintomático del prurito y la sensación de quemazón asociados a las hemorroides. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba su uso tradicional.

Por bellota se conoce a los frutos de los árboles que pertenecen al género Quercus, es decir, encinas, robles, quejigos y alcornoques.

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